31 de octubre de 2007

¿Qué se siente al morir cayendo desde altura?

Si es posible intentad aterrizar sobre los pies

La caída desde altura está ciertamente entre las formas más rápidas de morir; la velocidad Terminal (no intento hacer un juego de palabras) es de aproximadamente 200 kilómetros por hora, la cual se alcanza si uno se cae desde unos 145 metros más o menos. Un estudio realizado sobre caídas mortales en Hamburgo, Alemania, descubrió que el 75% de las víctimas mueren en los primeros segundos, o minutos, tras el aterrizaje.

La causa exacta de la muerte varía, dependiendo de la superficie sobre la que se cae y de la postura de la persona. Si aterrizan de cabeza, es especialmente improbable que lleguen vivas al hospital. Esta postura es la más común para caídas bajas (desde menos de 10 metros) o altas (por encima de los 25 metros). Un análisis realizado en1981 sobre suicidios por saltos desde el puente del Golden Gate en San Francisco (altura = 75 metros, velocidad de impacto contra el agua = 120 km/h) descubrió numerosas causas de muerte instantánea, incluyendo grandes magulladuras en los pulmones, pulmones colapsados, corazones que explotan, o daños en las grandes vías sanguíneas del cuerpo y en los pulmones a causa de la rotura de las costillas.

Los supervivientes de caídas desde grandes alturas a menudo comentan la sensación de que el tiempo se ralentiza. La reacción natural es luchar por mantener la postura vertical (sobre los pies) al aterrizar, lo cual resulta en fracturas en los huesos de las piernas, en la parte baja de la columna vertebral y los peligrosísimos traumatismos de pelvis. El impacto, al viajar a través del cuerpo, puede hacer que la aorta y las cámaras del corazón revienten. Aún así, probablemente sigue siendo la forma más segura de aterrizar, a pesar de la fuerza que se concentra en un área pequeña, los pies y las piernas forman una “muelle amortiguador” que provee cierta protección a los órganos internos principales.

Algunos escaladores expertos o saltadores con paracaídas, que han sobrevivido a caídas, dicen haberse concentrado con todos sus sentidos en asegurarse un aterrizaje del mejor modo posible: relajados, piernas dobladas, y donde fuera posible preparados para rodar. Ciertamente, cualquier cosita ayuda, pero la intención principal de cualquier persona que caiga debería ser la de buscar un lugar blando sobre el que aterrizar. En un periódico de 1942 se cita el casi de una mujer que cayó desde su apartamento (a una altura de 28 metros) sobre tierra recién labrada. Acto seguido se marchó andando con solo una costilla y una muñeca rota.

Traducido parcialmente de Death special: How does it feel to die?

Información sobre la terrible foto (real) que ilustra el post aquí.

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